Mito o realidad: Se puede diseñar en RGB para la impresión digital.
Diseñar en RGB para imprimir los resultados es posible.
¿Cuántas veces hemos escuchado que se usa el modo RGB para ver colores en pantalla y CMYK para la impresión física? Hoy vamos a desmentir el mito y mostraros motivos por los que diseñar en RGB es la mejor opción en impresión digital.
Una de las primeras decisiones que tendremos que afrontar en el proceso de diseño para imprimir será el método de color que queremos utilizar: CMYK o RGB. Existe la creencia generalizada de que se debe trabajar en RGB para diseños que van a ser vistos en una pantalla, mientras que el método CMYK es para impresiones físicas. Hoy en el blog de Inèdit vamos a desmontar este mito:
Un poco de teoría: CMYK vs RGB
El modelo de color CMYK se centra en cuatro colores: Cian (C), Magenta (M), Amarillo (Y) y negro(K). Con CMYK utilizamos el método Sustractivo, por el cual se sobreponen los colores en la impresión para crear el resultado deseado. La ausencia de color será blanco mientras que el 100% del color negro, pero además, existe la opción “K” que permitirá crear este negro, con menos gasto de tinta y un poco más intenso.
El RGB se basa en los colores Rojo (R), Verde (G) i Azul (B) y trabaja con síntesis aditiva, la cual consiste en variar la intensidad de la luz en los tres colores principales para crear uno de nuevo. Esto quiere decir que cuanta más luz añadamos, más brillantes serán los resultados. Así que, el 100% de luz en cada color resultará el color blanco y, por lo contrario, el 0% resultará el negro. En RGB, al jugar con la luminosidad incrementamos la variedad de colores que podemos crear en comparación con CMYK.
Es verdad que la inmensa mayoría de impresoras digitales y plotters solían trabajar en cuatricromía, es decir con los cuatro colores que conforman el CMYK, limitando los resultados de color, pero a día de hoy esto ya no pasa.
¿Seguir diseñando en CMYK?
En el sector de la impresión digital las cosas están cambiando mucho y cada vez gana más importancia la gestión del color y la reproducibilidad.
Actualmente, los fabricantes de impresoras se centran en ofrecer un mayor número de tintas, saliendo del CMYK, para así poder ampliar la gama de color de la impresión y ser más competitivos en el mercado.
Podemos encontrar naranja, azul, violeta, turquesa, e incluso fluorescentes en las opciones de tinta. Además, las máquinas cada vez aumentan más su capacidad, llegando a almacenar 8, 10 o hasta 12 tintas diferentes.
Entonces nos preguntamos, ¿tiene sentido seguir trabajando des del diseño sólo en CMYK, limitando los colores, cuando tal vez la impresora de producción tiene una gama de color más amplia?
Diseñar en RGB para obtener los resultados de color deseados.
Desde nuestro punto de vista, no. Usando impresoras con una mayor gama de colores y trabajando con todas las herramientas necesarias, será posible que acabes imprimiendo los colores que ves en pantalla, sin tener que hacer malabarismos para imaginarte como mezclaran las cuatro tintas del CMYK en el momento de diseñar.
Uno de los grandes aliados para esta reproducción de color es el Rip Software que estés usando. Por ejemplo, neoStampa es uno de los rips que crea sus perfiles de impresión en RGB. Eso permite tener una gama de colores estándar, independientemente del número de tintas de la impresora, y que trabaja en el mismo idioma que la pantalla o monitor del diseñador. Así mantienes el color des del diseño hasta el momento de la impresión final y el diseñador se podrá centrar en lo que realmente importa, crear con los colores que más le gusten.